El 26 de febrero se recuerda la masacre de los 8 periodistas en Ucchuraccay: Eduardo de la Piniella (Marka) Félix Gavilán(Marka)Pedro Sánchez(Marka) Jorge Luis Mendivil(Observador) Willy Retto(Observador) Amador García(Revista Oiga) Jorge Sedano(La República) Octavio Infante(Periodista de Ayacucho quien dirigía el Semanario “Panorama”) 

Para ubicarnos en el contexto del tiempo, es bueno recordar que en el año de 1982, el Presidente de la Comunidad de Uchuraccay fue asesinado por los Senderistas y luego de unos días matan a otros 5 comuneros. Al ver tanta violencia, lo que hicieron los comuneros fue pedir ayuda a los militares de la zona.

Se tuvo una presencia de la patrulla mixta conformada entre policías y militares que sumaban ochenta; este número tenía como objetivo “proteger a los comuneros” de los probables ataques de los Senderistas. Un grupo seleccionado de militares enseñaban a los comuneros estrategias para defenderse: como hacer rondas, trincheras, etc. Y otras fuentes como testigos cercanos a la zona mencionaron que los militares dejaron linternas, pasamontañas y granadas. Tras ese proceso de enseñanza para defenderse de los agresores, la patrulla se retira dándoles explicaciones.

Para reforzar más su integridad y defensa, el 1 de enero de 1983, los comuneros realizan una Asamblea Comunal, en esa reunión se firmó un acuerdo de rechazo a la presencia de Sendero Luminoso. El acta cuenta con la firma no solo de los Comuneros de Huaychao, sino también de otras Comunidades como los de Ucchuraccay, e incluso se tuvo la firma y representación de los militares.

Como los comuneros ya sabían qué hacer, el 22 de enero de 1983, ingresan 7 senderistas a Huaychao, como ya se había pactado un acuerdo para tomar medidas, los asesinan (El General Clemente Noel, cuando estaba en vida dijo “esto fue una demostración de valentía y rechazo a los crímenes que se cometen en los lugares alejados”)

Al saber estos asesinatos, los periodistas tenían la meta de llegar a Huaychao para ver qué es lo que pasó realmente, su finalidad era encontrar la verdad, era saber y conocer que pasó detrás de esa matanza. Como los periodistas que venían de Lima y del mismo Ayacucho no sabían el verdadero contexto que se pasaba en esa Comunidad: No sabían del acuerdo comunal, no sabían que estaban viviendo un escenario de confrontaciones. Esto nos permite confirmar que la masacre no fue un acto espontáneo de pobladores desconcertados, sino el resultado de una decisión formal de la comunidad.

#SinTapujos